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Nota a la traducción del fragmento de ALÁ NO TIENE POR QUÉ

En el presente trabajo realizamos la traducción de un fragmento de la novela Allah n’est pas obligé (2000) del escritor africano Ahmadou Kourouma. En esta nota presentaremos los problemas y fenómenos de trasvase a los que nos enfrentamos, junto con las soluciones que encontramos para nuestra propuesta meta.


Los principales problemas con los que nos enfrentamos fueron las interferencias en la lengua original de la novela (francés), en donde el personaje principal (Birahima) utiliza un francés de comunicación enriquecido por expresiones en malinké y lleno de trasferencias de esta su lengua materna. El malinké es una lengua con diferentes variantes dialectales de África occidental que se habla en varios países como Gambia, Guinea, Senegal, Malí, Burkina Faso, Sierra Leona y Costa de Marfil.


Por otra parte, el registro del preadolescente y la oralidad representaron retos para nuestra labor traductora y fueron aspectos que quisimos conservar, no solamente por ser parte del estilo del autor, sino por ser características comunicativas del protagonista de la novela que comunicaban una crítica social, a la colonización y descolonización africana con ingeniosos tintes de humor.


Sin embargo, antes de ampliar y profundizar más con respecto a nuestras dificultades y soluciones de traducción, nos gustaría presentarles a Ahmadou Kourouma, su obra y estilo.


Ahmadou Kourouma nació el 24 de noviembre de 1927 en Togobala, Guinea. Fue criado en Boundiali, al noroeste de la Costa de Marfil. Su nombre significa “guerrero” en malinké y formó parte de los primeros escritores que se rebelaron en contra de los dictadores africanos, después de las “independencias” (Chanda, 2004).


Estudió la secundaria en Bamako (Mali) matemáticas en Lyon (Francia) y se graduó como actuario en Argel. Posteriormente, dejó Francia para regresar a su país natal con ideas comunistas, tras la proclamación de la independencia de Costa de Marfil en 1960, junto con su esposa Christiane Michaillat, una agente de seguros francesa, y sus cuatro hijos. Cuando se opuso al régimen de Félix Houphouët-Boigny, el presidente en curso de Costa de Marfil, Kourouma fue encarcelado y luego exiliado en 1964, a diferentes países de África: Argelia, Camerún y Togo (Chanda, 2004).


En el año 1974, el dictador ordenó que lo nombraran director del Instituto Internacional de Seguros de Yaundé, en Camerún, donde permaneció por diez años. Después, pasó otra época en Lomé, Togo como director general de Cicaré (compañía de seguros de los Estados africanos) (Chanda, 2004).


En septiembre del 2002, estalló la Guerra civil en Costa de Marfil y Kourouma tomó posición en contra de la “marfilidad”, que según el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, es un conflicto de Costa de Marfil y sus desafíos. Por esta razón, los periodistas partidistas del presidente Laurent Gbagbo (expresidente marfileño), lo acusaron de apoyar a los rebeldes del norte (Chanda, 2004).


Su vida influyó en sus escritos, porque buscó que los africanos se sintieran identificados y que los extranjeros aprendieran más de su cultura. Gracias a sus obras, ganó varios premios. Falleció el 11 de diciembre del 2003 a los 76 años, en la ciudad de Lyon, cuando escribía su última novela: Quand on refuse on dit non, una secuela de Allah n'est pas obligé. El libro se editó después de su muerte.


La producción literaria de Kourouma, aunque no incluye muchos títulos, ha logrado erigirse como una de las más significativas de la literatura africana poscolonial (Casa África, 2019). Trata constantemente cuestiones como abusos sociales y económicos del poder en el oeste africano, la política en África, el África poscolonial (entiéndase el término como la consecuencia de las colonias y conquistas, división territorial y explotación por parte del hombre de raza blanca en África), la violencia y la guerra entre tribus de África occidental; y la herencia de valores culturales, sociales y tradicionales de las sociedades africanas.


El autor escribió títulos como: Les soleils des indépendances (1970), misma que le valió el Grand prix littéraire d’Afrique noir (Gran premio literario de África Negra, premio literario concedido por la Asociación de Escritores en Lengua Francesa), Monnè; outrages et défis (1990) Allah n’est pas obligé (2000), en el que aborda los horrores de los que son víctimas los niños soldados de África. Con esta novela, obtuvo los galardones Prix Renaudot (premio literario creado en 1926 por periodistas) y Prix Goncourt des lycéens (Premio Goncourt de los Estudiantes: prestigioso premio de la literatura francófona). También escribió otras novelas como: En attendant le vote des bêtes sauvages (1994), con la que ganó el premio Prix du livre Inter (premio de la literatura francófona, creado en 1975) y Quand on refuse, on dit non (2003), publicado poco después de su muerte.


Ahmadou otorga un tratamiento satírico y moral a sus obras, pues pretende dejar mensajes y enseñanzas a sus lectores. De la misma manera, da mucha importancia a sus raíces africanas, especialmente la mandinga (grupo étnico de África occidental) y esto se refleja en expresiones, proverbios o frases mandingas con explicación en francés, que el autor usa con frecuencia en sus obras.


Asimismo, su obra presenta repetición de vocabulario para enfatizar elementos importantes, el uso de la tercera persona en francés (con el pronombre on, cuyas equivalencias en español pueden ser “nosotros” o el reflexivo “se” de la tercera persona) y la transmisión de tradiciones, moralejas e idiomaticidad del grupo étnico mandingo.


Los personajes de Kourouma son complejos y se oponen a la colonización francesa. Además, suelen expresarse con un registro muy oral, especialmente Birahima. Estos personajes tienen un papel similar al de los griots africanos: una casta importante en países de África occidental. Un griot es un “trovador, historiador, genealogista, actor, músico, embajador, poseedor de la palabra en las culturas mandingas. Se le denomina en español con el mismo término en francés.” (Lamko, 2015, 108)


Allah n’est pas obligé (2000) es una de las novelas más famosas de Ahmadou Kourouma. En ella, aparece Birahima (narrador y personaje principal), un niño africano que, a su corta edad, ha vivido cosas casi imposibles de superar o de contar: desde pequeño se quedó huérfano, tuvo un accidente, poco después fue un niño de la calle y participó en conflictos armados como niño soldado en Liberia y Sierra Leona.


Estas experiencias lo marcaron y, aunque se trate de situaciones trágicas y fuertes, sobretodo para un niño, Birahima no deja a un lado el humor y el sarcasmo. En seis puntos, “ni uno más, ni uno menos”, Birahima nos deja claro cuál es su forma de hablar y de contar su historia.


Además, con la ayuda de sus cuatro diccionarios, nos lleva de la mano para aprender cosas nuevas de su cultura. Utiliza expresiones,”palabrotas” y refranes que reflejan de una manera muy interesante las fuertes y horribles experiencias que ha vivido.



Ahora bien, a continuación les presentaremos los aspectos del fragmento traducido y de la obra que decidimos tomar como criterios básicos para nuestra traducción. Para ello, nos gustaría recordar que, como ya se mencionó, las obras de Ahmadou Kourouma poseen muchos elementos de oralidad: los personajes hablan como lo haríamos nosotros en la cotidianeidad, es decir, tienen digresiones (cambios de tema abruptos que no tienen relación directa con el asunto principal), anacronías (saltos en la línea cronológica de los relatos), cambios de registro (otro de los fenómenos sobre los cuales nos enfocamos y que será explicado posteriormente), usan muletillas y palabras específicas por gusto o preferencia (esto se conoce como idiolecto: forma particular en la que alguien se expresa, según su origen, gustos, sociedad, época, vivencias, etc).


En el caso de Allah n’est pas obligé, tomamos la decisión de respetar la oralidad y el registro de Birahima (el personaje principal y narrador autodiegético) con todas sus particularidades y variaciones lingüísticas, para poder transmitir su discurso.


Con respecto al fenómeno de la oralidad, nos enfrentamos al hecho de que el personaje cambia de registro constantemente: habla, como diríamos coloquialmente, con expresiones “vulgares” o de vulgata y, de pronto, al estar buscando la definición de palabras que quiere compartir, sube el registro, pues se expresa con más “propiedad” o conforme a la norma de la lengua francesa de los diccionarios que consulta para que los diferentes públicos a los que se dirige cuando relata “sus cuentos” puedan entenderlo.


Dentro de las mismas definiciones, expresadas por Birahima, observamos digresiones que presentan los cambios de registro: las definiciones están en paréntesis y sitúan al receptor en contexto, pero rompen la línea del relato o tema principal. En estos periodos digresivos es cuando el personaje tiende a cambiar el registro usado, ya que, después de haber dicho una grosería o “palabrota” o de haber utilizado un francés “vulgar”, busca el término “formal” o “políticamente correcto” consignado en sus diccionarios:


“J’ai quitté le banc parce que tout le monde a dit que l’école ne vaut plus rien, même pas le pet d’une vieille grand-mère. (C’est comme ça on dit en nègre noir indigène quand une chose ne vaut rien. On dit que ça vaut pas le pet d’une vieille grand-mère parce que le pet de la grand-mère foutue et malingre ne fait pas de bruit et ne sent pas très, très mauvaise).” (Kourouma, Allah n’est pas obligé, p. 9)


“Dejé la banca porque todo el mundo dice que la escuela no sirve para nada, como el pedo de una vieja abuela. (Así decimos en negro prieto africano indígena cuando las cosas no sirven para nada. Decimos que eso vale el pedo de una vieja abuela porque el pedo de la pinche abuela flaca ni hace ruido y ni se siente)”.



Otro de los fenómenos en la obra de Kourouma es el de las interferencias entre el francés de Birahima y su lengua materna. Como ya se mencionó, el personaje se expresa con palabras, dichos o frases del malinké y las explica para darse a entender:



“...Et trois...suis insolent, incorrect comme barbe d’un bouc et parle comme un salopard. Je dis pas comme les nègres noirs africains indigènes bien cravatés: merde! putain! salaud! J’emploie les mots malinkés comme faforó! (Faforo! signifie sexe de mon père ou du père de ton père).” (Kourouma, 2000, 10).


“...Y tres... soy insolente, grosero como la barba de un chivo y hablo como malo. No digo como los negros prietos africanos indígenas elegantes: ¡mierda! ¡carajo! ¡cabrón! Uso las palabras malinkés como ¡faforó! (¡Faforó! significa sexo de mi padre o del padre de tu padre).”


En este mismo ejemplo, optamos por dejar la transcripción o transliteración del sonido de pronunciación de la palabra original en español, partiendo de la pronunciación, tal vez francófona del léxico. Por esta razón, acentuamos la última letra de la palabra: “faforó” (que en la versión original se escribe sin el acento: faforo). Lo mismo sucedió con otras palabras del malinké a lo largo del texto como: “¡Ñamocodé!”, porque el sonido producido por las letras g y n, en francés, suena como la ñ en español (Gnamokodé, en la versión original), “Alá” (romanización del nombre propio) y, finalmente, “Hualahé” (Walahe, en la versión original).


En el texto original, observamos faltas de ortografía por parte de Birahima, que además de caracterizar la forma en la que escribe y se expresa, son reflejo de la oralidad a la que nos referimos y a su registro. Por lo mismo decidimos conservarlas de ser posible en español, por medio de la compensación. Esto es parte de la oralidad en el texto, de la construcción por parte del autor del personaje: Birahima es un niño que no terminó la escuela. Kourouma reflejó de una forma magistralmente verosímil cómo se expresaría su personaje, a pesar de que él era un experto redactor en lengua francesa:



“C’é comme ça. Même si on est grand, même vieux, même arabe, chinois, blanc, russe, même americain; si on parle mal le français, on dit on parle p’tit nègre, on est p’tit nègre quand même.” (Kourouma, p.9)


“Ací es. Aun si eres grande, si eres viejo, si eres árabe o chino o blanco, negro, ruso o americano; sihablas mal francés, se dice eres un p’tit nègre, un p’tit nègre sea como sea”.



También notamos errores de morfosintaxis del francés, como que el personaje deja a un lado el pronombre francés “je”, cuyo uso es obligatorio en la escritura del francés. Esta cuestión no supuso ninguna dificultad en español, porque esta es una lengua pro-drop, así que no se tuvimos que recurrir a ningún procedimiento alterno para conservarla:


“M’appelle Birahima. Suis p’tit nègre. Pas parce que suis black et gosse. Non! Mais suis p’tit nègre parce que je parle mal le français” (Kourouma, 2000, 9)


“Me llamo Birahima. Soy un p’tit nègre. No porque soy black y escuincle ¡No! Soy un p’tit nègre porque no hablo buen francés”.


Para terminar de explicar el punto sobre la conservación de la oralidad, como se mencionó en la introducción, la anacronía es otra de las características importantes y Birahima tiene flashbacks constantes, que llevan al lector a estos saltos temporales del relato, en donde se sabe más sobre el contexto y el origen del personaje. No se trata de una trama completamente lineal (que va de principio a fin) sino, más bien, de estos cambios que son frecuentes en la oralidad:


“Moi, je marchais à quatre pattes. Je me le rappelle, je peux le conter. Mais je n’aime pas le dire à tout le monde (...)Elle me poursuivait.” (Kourouma, 2000, 14)


“Yo, yo andaba en cuatro patas. Me acuerdo, puedo contarlo. Pero no me gusta decírselo a todo el mundo (...) Ella me perseguía.”


Otro aspecto que sirve como ejemplo de lo explicado anteriormente, es que después de hablar en tiempo pretérito (se trata de su pasado), habla en tiempo presente (se acuerda, es un estado actual). De la misma manera, habla en pretérito y luego hace digresiones (en tiempo presente), para definir una palabra:


“Je sais pas le nombre de mois que j’étais au temps où je me suis braisé l’avant-bras. (Braiser signifie, dans l’Inventaire des particularités lexicales, cuire à la braise). Ma maman n’avait pas compté mon âge et mes mois; elle n’avait pas le loisir (...)pleurait tout le temps.” (Kourouma, p.14)


“No sé cuántos meses tenía cuando me braseé el antebrazo (Braseado significa en el Inventario de Particularidades Lexicales del Francés del África Negra, cocinar con brasas). Mi mamá no había contado mi edad y mis meses; no tenía tiempo libre para hacerlo (...) lloraba todo el tiempo.”


Otro rasgo de este tipo, que no sería propiamente un error, consiste en el hecho de la elisión del adverbio negativo (no, ne, en francés debe escribirse, pero al tratarse de un relato y del hecho de que así funciona en el francés oral, Kourouma optó por no escribirlo). Aunque esto no supuso tampoco alguna pérdida o reto fundamental para nuestra propuesta de traducción, sólo creemo importante comentarlo para probar el papel preponderante y esencial de la oralidad en la obra.



Específicamente en el registro informal de Birahima, encontramos algunas dificultades durante la traducción del texto. Según Halliday, el registro es definido como:


“Una configuración de rasgos que reflejan las formas en que un usuario de la lengua dado utiliza su lengua con un propósito determinado. (…) El registro transmite por tanto todos los tipos de significados intencionales y funciona por lo tanto como el depósito de signos, cuya variedad de valores tanto semánticos como retóricos es reconocido intuitivamente por todos los hablantes textualmente competentes de una lengua. (1977: 100). El conjunto de rasgos que distingue un fragmento de lengua de otro en términos de variación en contexto, que tiene que ver con el usuario de la lengua (dialecto geográfico, idiolecto, etc.) y/o el uso de lengua (campo o tema, tenor, o nivel de formalidad, y modo, o hablado frente escrito) (Halliday, 1997, 223)” [trad. Mayoral, 1999, 67].


Queríamos mantener esa parte de registro informal, para que la esencia del niño y la credibilidad del texto se mantuviera, por lo que en algunos casos tuvimos que cambiar palabras que en español tienen un registro más alto por unas con registro más informal:


[…] tengo cuatro diccionarios […]

[…] Je possède quatre dictionnaires […] (Kourouma, 2000, 11)


También usamos la modulación para crear oraciones más simples y así conservar la naturalidad del habla de un niño y no elevar el registro.


[…] Comment j’ai pu avoir ces dictionnaires? […]

[…]¿Cómo le hice para tener estos diccionarios? […]


Como es común escuchar en una conversación de registro informal, encontramos el uso de dichos de la lengua-cultura de Birahima. Parte del enfoque que decidimos tomar para la realización de nuestra traducción, consistió en dejar ver al otro, o bien, ir al otro, como plantean Jean-Louis Cordonnier y Meschonnic en sus libros Traduction et culture (1995) y Poétique du traduire (1999) (citados en la nota de traducción de Alicia Gerena a Comme des fleches / Como flechas, 2015):


[...] ir hacia el Otro, no sólo mostrando lo más honestamente posible su cultura y su época, (...) sino su discurso como individuo, único e irrepetible[...].


Por lo que si hacíamos adaptaciones de los proverbios malinkés, perderíamos la visibilidad de la cultura de Birahima en el texto. Esto nos llevó a optar por mantener los proverbios como estaban en el texto original y no buscar un equivalente en el español de nuestra cultura:



[...] así dice el proverbio: el sombrero nunca va en la rodilla, si para eso tienes la cabeza en el cuello [...].


[...]c’est ce que dit le proverbe: le genou ne porte jamais le chapeau quand la tête est sur le cou. [...] (Kourouma, 2000, 11).



Por otro lado nos encontramos con que el registro de Birahima se caracteriza por ser un francés de comunicación. En la literatura poscolonial africana francófona, algunos individuos se han visto obligados a abandonar su lengua materna por otra lengua mayoritariamente impuesta, como es el caso del francés para ejercer su oficio como escritores. Al serles arrebatada la primera lengua (la que aprendieron en un contexto geográfico determinado y que asimilaron como un componente de su identidad), estos pueblos adoptan una o varias lenguas secundarias con las que no se identifican del todo. En el caso de la novela Allah n’est pas obligé, Kourouma ofrece una visión crítica del África post-colonial en boca de un personaje que utiliza una variante del francés. El conflicto lingüístico permite al protagonista la narración de su vida en francés estándar, francés local, pidgin y malinké.


En el relato de las guerras en las que se ve envuelto el niño soldado, narrador autodiegético de la historia, la cuestión de la lengua ocupa un papel central. El personaje de Birahima representa los conflictos lingüísticos propios de un sujeto poscolonial, conocedor de un francés “incorrecto”, como él mismo lo reconoce, debido a sus orígenes y a su limitada formación educativa.

La narración está llena de expresiones en malinké y en pidgin. Lo original del relato es que el narrador es consciente de la mezcla de registros y de variantes lingüísticas que encierra su manera de ‟hablar” (la novela entera simula ser una narración “oral” en primera persona) y anuncia desde el principio su intención de hacer comprensible su realidad multicultural y multilingüística manifestada en el texto.


El resultado con la tensión de la literatura tradicional es el uso de un estilo literario obtenido de un híbrido lingüístico, es la exaltación de la tradición cultural del malinké para un público universal y su finalidad es enriquecer la expresión y ampliar el espectro de posibles lectores. El escritor puntualiza que, a cualquier persona que hable mal el francés, sea cual sea su procedencia, su color de piel, se le imputará el calificativo p’tit nègre. Lo que llama la atención es que a pesar de su limitada formación educativa y de hablar un francés p’tit nègre, este niño negro pobre e inculto es capaz de narrar la historia de su propia vida recurriendo cuando hace falta a niveles de francés más cultos. En algunos pasajes el protagonista acude al Larousse y al Petit Robert para corregir su francés “incorrecto”:

“La première chose qui est dans mon intérieur… En français correct, on ne dit pas dans l’intérieur, mais dans la tête.” (Kourouma, 2000, 13).


En nuestro ejercicio de traducción decidimos tomar una postura que nos permitiera reproducir de la mejor manera posible todo el trabajo que Kouruma hizo en esta obra, como la oralidad del niño y las digresiones, pero también la visión del mundo que nos quiere compartir. Esto mismo representó un reto, pues el español tuvo que quedar necesariamente como lengua de comunicación, reemplazando al francés, y esto implicó el hecho de transgredir la lengua, que sin la explicación que hacemos en esta nota, podrían tomarse como errores gramaticales y de comprensión de nuestra parte, ya que en algunos casos de la traducción el español no es normativamente correcto, como lo sería el francés del texto fuente:


[...] Ací es. Aun si eres grande, si eres viejo, [...]

[...] C’é comme ça. Même si on est grand, même vieux, [...] (Kourouma, 2000, 9)

A lo largo del texto, el lector podrá encontrarse con algunas expresiones, como p’tit nègre, que aun cuando tienen una traducción al español, esta no tiene toda la carga connotativa del contexto postcolonial de Birahima. Lo mismo sucede con las groserías o los refranes: procuramos mantener siempre en la mente del lector que el narrador es un niño africano por ello evitamos hacer adaptaciones y optamos por los préstamos para no perder dicha imagen en el texto meta:


“M’appelle Birahima. Suis p’tit nègre. Pas parce que suis black et gosse. Non! Mais suis p’tit nègre parce que je parle mal le français” (Kourouma, 2000, 9).

“Me llamo Birahima. Soy un p’tit nègre. No porque soy negro y escuincle ¡No! Soy un p’tit nègre porque no hablo buen francés”.


En conclusión, lo que aprendimos en esta práctica como traductores fue el hecho de tener cautela y no realizar cambios en el texto que produzcan una pérdida para la construcción de un personaje o narrador. Por ejemplo, una característica fundamental que describe a Birahima son las “palabrotas” en malinké que comúnmente dice, las cuales mantuvimos en nuestra traducción, debido a que son parte de su lengua-cultura e idiolecto.


También, siguiendo los consejos del texto de Jin-Di, desarrollamos nuestra capacidad para reconocer la reproducción del registro y humor del niño, que el autor quiere transmitir a sus lectores y, consecutivamente, comunicarlo de la manera que nos pareció más adecuada, para lograr el mismo efecto en los nuestros. De ahí que comprendieramos la importancia que tiene la investigación profunda y exhaustiva de las palabras o estructuras en diccionarios monolingües con el fin de no practicar el guesswork, que Jin Di define en su libro, Literary Translation: Quest for Artistic Integrity (2014), como:


[...] Any bit of work that is done without proper penetration is really guesswork [...]


Esto consiste en el hecho de dar por sentado el significado de una palabra, sin investigar lo que realmente significa, lo que nos puede conducir a la utilización de falsos cognados (palabras que, aunque suenen o se escriban igual, no tienen el mismo significado en la lengua del texto meta). Ejemplo: bizarre ≠bizarro, cuyo significado sería raro y no bizarro, que en español es valiente.


Por otro lado, al realizar un análisis tan profundo de la obra, nos dimos cuenta que en literatura nada está por coincidencia, cada elemento del escrito tiene una función que es importante reconocer, con el fin de poder reproducirla en nuestro trabajo, y así tener las herramientas adecuadas para encontrar y/o proponer soluciones a los problemas que identifiquemos.


Finalmente, aprendimos a respetar al otro, a su cultura y discurso, conservando palabras en malinké que caracterizan a nuestro personaje y que si adaptáramos, nos conduciría a ignorar el propósito crítico y de reivindicación social de la obra de Kourouma con respecto a los niños soldados. Por eso es importante conocer la biografía del autor, sus obras, contexto y estilo para traducir su obra, ya que dichos elementos nos ayudan a entender mejor su poética y su dimensión argumentativa.


Bibliografía:


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Nota de traducción escrita por el grupo 51TR 2019-2


Liliana Guadalupe Hernández Acosta

Blanca Sáez Hernández

Karla Ximena Maldonado Gómez

Liliana Morales Carasco

Raúl Saldaña Nieto

Alejandra Torreblanca Gutiérrez





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